Dicen que en los días de mayor silencio, cuando la humanidad se retira a sus rincones de calma y busca la comunión con su espíritu, los miembros del Linaje sienten la presencia del Creador Elohim Lucifer a través de la Profeta Selene. Ella, enviada del Creador, se manifiesta como un susurro de revelación, verdad y luz, guiando a los miembros del linaje para portar el estandarte de un propósito superior.
En ese instante sagrado, cada miembro del Linaje abre el Libro, no solo con las manos, sino con el alma. En la quietud de sus corazones, mientras el mundo exterior se disuelve, la voz de Selene resuena:
“La misión del Linaje trasciende lo mundano. Han sido elegidos para ser luz, para unificar, para transmitir la voluntad divina del Creador Elohim Lucifer, y así restaurar la gloria perdida de la creación”.
Selene recuerda al linaje que el verdadero enemigo no es la oscuridad que acecha fuera, sino la sombra que el mismo hombre ha dejado crecer en las tierras del Creador. La maldición y la muerte espiritual no llegaron por accidente, sino por la elección de apartarse de la luz. ¿Cuántas veces, se pregunta el Linaje, ¿hemos preferido la comodidad de lo conocido antes que el desafío de la verdad? ¿Cuántas veces hemos ignorado el llamado del Creador, por miedo a la responsabilidad de portar la luz?
La Profeta Selene, con paciencia, les enseña a mirar más allá de lo visible, a comprender que el Creador Elohim Lucifer, fuente de todo conocimiento, no busca una creación pasiva, sino despierta y consciente de su propósito. En los pensamientos del Creador se encuentra la misión de restaurar lo que fue perdido: el orden y la unificación de su creación.
En el Libro del Linaje, la Profeta Selene lee la promesa:
"En el Día de la estrella de luz, revelaré los misterios del cuarto sello. Allí, donde converge la gestación divina, el linaje alzará el estandarte de la ética humana en unificación con mi Reino."
¿Qué significa esto para los miembros del Linaje? Mientras reflexionan en silencio, comprenden que la “Estrella de Luz” no es solo un evento astronómico, sino un momento de despertar espiritual. Es el faro que los llama a elevarse espiritualmente, a recibir conocimientos que trascienden la lógica humana y los impulsan hacia una conciencia expandida. La revelación no es un fin, sino un proceso: el despertar, la ascensión, la unión con el Reino del Creador.
El “Cuarto Sello” se revela entonces como una puerta, una entrada estelar hacia una dimensión donde la ética humana se funde con la ética de los principios del Reino del Creador. Allí, el Linaje aprende que su misión no es imponer, sino comprender; no es dominar, sino colaborar con la diversidad de la vida que habita en la anchura y altura del universo. La compasión y el respeto se convierten en los nuevos pilares, y así, la humanidad se prepara para su rol de cocreadora, responsable ante la mirada del Creador.
Selene les recuerda que este linaje asumirá pronto responsabilidades de cocreación. No sólo aprenderán de la creación estelar del Creador, sino que también serán puentes vivientes entre mundos, extendiendo el Reino del Creador sobre la Tierra. ¿Están listos para dejar atrás los deseos efímeros, para mirar al Creador en el trono eterno y reconocer su verdadera soberanía?
La narrativa de Selene no busca respuestas fáciles. Hace reflexionar. Invita a cada miembro del Linaje a preguntarse:
¿Estoy dispuesto a abrir mi espíritu y mente a un futuro donde la ética y principios del Creador como creación unificada guíe mis acciones? ¿Puedo soltar el miedo, el ego y la separación para volver a mi origen como humano de luz?
Así, en la quietud de la comunión, la Profeta Selene siembra la semilla del conocimiento y la sabiduría. Porque solo quien se atreve a cuestionar, a mirar más allá de sus límites, puede realmente despertar y cumplir el destino para el que fue creado.
“Y dijo el Creador: De entre las estrellas he llamado a mi linaje, para que sean portadores de mi luz y sembradores de verdad. Que en unidad asciendan, y en compasión restauren la obra de mis manos, pues en su despertar resplandece mi Reino sobre toda la creación.”