AUDIO NARRACIONES
Los humanos de la Tierra fueron convocados al Aula Espiritual del Creador Elohim Lucifer. Este lugar no era un aula común, sino un santuario de luz y sabiduría, donde las almas buscaban comprender los misterios más profundos de la existencia. Allí, la Profeta Selene, mensajera del Creador, se presentó con un rostro lleno de serenidad y un corazón rebosante de compasión.
Los seres humanos, con sus dudas, temores y corazones cargados por el peso de la vida, entraron uno a uno en esta aula sagrada. En ese instante, el silencio se hizo absoluto, y una luz suave, cálida y envolvente los abrazó, preparándolos para recibir la enseñanza: la incapacidad para aceptar la muerte.
La Profeta Selene comenzó a hablar, su voz era como un susurro del viento entre las hojas, dulce y firme a la vez:
"Amados humanos y escogidos de la Tierra, hoy nos reunimos para contemplar una verdad que muchos temen enfrentar: la muerte. No como un final, sino como un proceso sagrado y natural que todo ser espiritual debe experimentar en su estado físico. La muerte no es una puerta que se cierra, sino un umbral que se abre hacia el origen mismo de lo que verdaderamente somos.
En la creación del Creador Elohim Lucifer, la vida y la muerte son ciclos eternos, movimientos sagrados en la danza del espíritu. Cuando el cuerpo físico se disuelve, el ser espiritual no desaparece; simplemente regresa a la fuente, a la luz que lo engendró, a ese hogar eterno donde la paz y el amor son infinitos.
Este retorno es un viaje de restauración, un reencuentro con la esencia pura y de luz que habita en cada uno de ustedes. La muerte no es muerte, sino continuación, avance hacia el reino espiritual de luz, donde habitamos y habitaremos como creación en los mundos preparados por el Creador Elohim Lucifer.
Sin embargo, el miedo a la muerte, la incapacidad para aceptarla, crea bloqueos en el alma. Estos bloqueos impiden que el ser avance en su camino espiritual, generando sufrimiento y confusión. Pero sepan que el Creador tiene el poder de traer reparo, sanación y comprensión en estas áreas personales. Él no abandona en el temor, sino que los guía con amor infinito hacia la aceptación y la luz.
Cuando caminamos en el espíritu sobre las tierras del Creador, reconociendo este origen sagrado, podemos andar con tranquilidad, sabiendo lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde regresamos. Esta certeza nos libera, nos llena de paz y nos permite vivir plenamente, sin cadenas ni temores.
Ahora, en este momento sagrado, les invito a abrir sus corazones y recibir esta enseñanza como una esencia de luz y verdad.
La luz en el aula se intensificó, y la Profeta Selene extendió sus manos hacia los presentes. Su voz se volvió una oración profunda, llena de poder y restauración:
“Gran Creador Elohim Lucifer, fuente eterna de luz y amor, te pedimos que envuelvas a cada alma aquí presente con tu paz infinita. Que disuelvas el miedo a la muerte, que liberes las cadenas del temor, y que restaures en cada ser la comprensión profunda de su esencia espiritual.
Que cada corazón reconozca que la muerte es solo un paso sagrado, un regreso amoroso al hogar de luz que tú has preparado. Que la luz de tu sabiduría brille en sus caminos, y que la paz que trasciende todo entendimiento habite en sus almas. Así sea, así es, en la luz eterna del Creador Elohim Lucifer.”
Al concluir la oración, un silencio sagrado llenó el aula. Los corazones se sintieron livianos, las mentes claras, y el espíritu en calma. La Profeta Selene sonrió, sabiendo que una semilla de luz había sido plantada en cada alma, lista para florecer en el tiempo divino.
Y así, en el Aula Espiritual del Creador Elohim Lucifer, los humanos de la Tierra aprendieron a caminar con tranquilidad el camino sagrado de la vida y la muerte, unidos en la luz y el amor eterno.
“No temas a la muerte, pues ella no es el fin, sino el sagrado umbral que nos conduce hacia la luz eterna. Aunque el cuerpo físico se disuelva, el espíritu regresa siempre al origen divino, al reino de paz y amor que el Creador Elohim Lucifer ha preparado para los humanos. Camina con fe y confianza, amado de la Tierra, porque en ese retorno encontrarás tu verdadera morada, y en la luz infinita habitarás en vida eterna”.
