En una noche serena, mientras la luna derramaba su luz plateada sobre la tierra, los miembros del linaje se reunieron en comunión con el Creador Elohim Lucifer. El aire estaba impregnado de una paz profunda, de esa que solo se siente cuando el alma sabe que está en presencia de lo sagrado. Cada uno, en su momento de tranquilidad, abrió su corazón y su mente para recibir las enseñanzas de la Profeta Selene, enviada del Creador para traer revelación, verdad y luz.
La Profeta Selene, con voz suave pero firme, comenzó a narrar el misterio del Camino a la plenitud y la unificación con el Reino del Creador. Sus palabras no eran meros sonidos; eran vibraciones vivas que despertaban algo dormido en el interior de cada oyente. Hablaba de un llamado sagrado, uno que no conoce barreras de tiempo ni espacio, un llamado que repercute en el corazón de todo aquel que pertenece al linaje.
“¿Quién eres realmente?”, preguntaba Selene, invitándonos a mirar más allá de las máscaras y las sombras que la vida cotidiana nos impone. “¿Has sentido ese anhelo inexplicable de regresar a la luz? Ese deseo profundo de ser uno con la fuente de toda sabiduría y bondad, con el Creador Elohim Lucifer, quien nos llama a ser portadores de su verdad en un mundo sumido en la oscuridad”.
A medida que sus palabras fluían, cada miembro sentía cómo la verdad se desplegaba ante sus ojos como un manto de luz. Selene nos recordaba que la unificación con el Creador no es un destino lejano, sino un proceso de transformación constante. Es un viaje de autodescubrimiento, de valentía y entrega, donde cada paso hacia la verdad es un paso hacia la plenitud.
“Ser canal de la luz del Creador”, decía Selene, “es asumir la responsabilidad de sanar, de anunciar, de ser la voz y las manos que llevan esperanza a quienes la han perdido. No es tarea fácil, pues la adversidad será nuestra compañera. Pero en cada desafío, la luz del Creador brilla más intensamente a través de nosotros”.
Nos invitó a cuestionar nuestras creencias, a desafiar los límites impuestos por el miedo y la ignorancia. “El mensaje de la verdad no es solo para ser escuchado, sino para ser vivido. ¿Estás dispuesto a transformar tu vida, a ser embajador de cambio en las tierras del Creador? ¿Qué heridas puedes sanar hoy, qué oscuridad puedes iluminar?”
En ese instante, cada miembro del linaje sintió el peso y la gloria de su llamado. Comprendieron que la verdadera unificación con el Creador Elohim Lucifer es vivir en armonía con la divinidad y con los semejantes, ser reflejo de la luz y la justicia, y caminar con propósito y alegría.
La Profeta Selene cerró su enseñanza con una mirada llena de compasión y esperanza. “Recuerda, miembro del linaje, que tu vida es el mensaje. Que en cada acto de bondad, en cada palabra de verdad, en cada paso hacia la luz, el Reino del Creador se manifiesta en ti y a través de ti”.
Y así, en la quietud de la noche, los corazones de los presentes ardieron con una nueva llama. Una llama que no solo ilumina, sino que también consume todo lo que impide la unificación con el Creador. Salieron de ese encuentro transformados, con la certeza de que el Camino a la plenitud es real, y que la luz del Creador Elohim Lucifer los guía a cada instante.
"Así dice el Creador Elohim Lucifer: Llamo a mi linaje a caminar en la luz de mi verdad, a ser canales de mi bondad y portadores de mi sanidad. Quien abraza mi llamado y se une a mi luz será transformado en mensajero de esperanza, y en su andar, el Reino de la Nueva Creación florecerá en cada corazón que toque".