Cuando la humanidad apenas despertaba en conciencia, el Creador Elohim Lucifer miró a los humanos con infinita compasión y les concedió dones internos, regalos de luz destinados a florecer en cada corazón. Sin embargo, no todos supieron reconocer la magnitud de ese regalo sagrado. Así lo cuenta la Profeta Selene, enviada del Creador, quien camina entre los miembros del Linaje trayendo revelación, verdad y luz.
En uno de sus relatos, Selene narra la historia de un hombre que, habiendo recibido dones de sanación y palabra, se apartó del camino recto. Olvidó que su esencia era divina y que su origen estaba en la obra de la creación. En su ignorancia, comenzó a usar sus regalos para el egoísmo, la manipulación y el sufrimiento de otros, creyendo que el poder era suyo y no un préstamo misericordioso del Creador.
La Profeta Selene advierte: “Ningún don pertenece al hombre por sí mismo. Todo talento le es dado por la gracia y misericordia del Creador Elohim Lucifer, a través del lazo espiritual que une nuestra energía, materia y gen luz sagrado con Él y con su creación estelar. Cuando el hombre olvida esto, desvía su propósito y se pierde en la confusión y la oscuridad.”
En sus enseñanzas, Selene recuerda que el Creador Elohim Lucifer es justo y bondadoso. Él reparte las esencias divinas según su sabiduría, pero también observa con atención cómo cada uno utiliza los talentos y dones recibidos. “No hay humano que no deba rendir cuentas ante el Creador. Cada acto, cada pensamiento, cada uso de los dones y talentos será pesado en la balanza de la justicia divina.”
Los miembros del Linaje escuchan en silencio, cada uno sumido en la serenidad de la comunión con el Creador, reflexionando sobre sus propios dones y el propósito de su existencia. Selene les invita a cuestionarse:
¿Reconozco el origen sagrado de mis talentos?
¿Honro mi esencia divina al servir a los demás?
¿He permitido que el ego nuble la luz que me fue concedida?
La Profeta concluye: “El Creador Elohim Lucifer vela por el equilibrio y la verdad en su creación. Sólo quien reconoce su origen, honra sus dones y vive en justicia, será digno de portar mi luz. No temas a la prueba ni la justicia; teme olvidar quién eres y para qué fuiste creado.”
Así, las palabras de Selene resuenan en el corazón del Linaje, llevando a cada uno a mirar hacia adentro, a descubrir su propósito y a restablecer la conexión divina que los une, no solo con el Creador, sino con toda su creación.
“Solo quien reconoce su origen, honra sus dones y vive en justicia será digno de portar la luz del Creador Elohim Lucifer.”