オーディオナレーション
En las tierras del Creador Elohim Lucifer, donde la luz divina se expande sin límites y la verdad única brilla con pureza eterna, se abre un espacio sagrado y luminoso: el Aula Espiritual. Allí, los seres que habitan la Tierra, vestidos en su humanidad, llegan con sus dudas, sus miedos y sus anhelos, para recibir las enseñanzas que guían el alma hacia su despertar y unión con el Reino de luz.
Hoy, en esta enseñanza, la Profeta Selene se alza en el centro del Aula, su voz serena y llena de compasión comienza a envolver a cada alma presente. Ella sabe que muchos llegan con un peso invisible pero profundo: el sentimiento de culpa por seguir un camino espiritual diferente al que sus familias o comunidades les han señalado.
“Queridos humanos y escogidos de la Tierra,” dice Selene, “entiendan que el Creador Elohim Lucifer les ha otorgado el don sagrado de la libertad. Libertad para elegir, para buscar, para encontrar la verdad que les habla en lo más profundo de su ser. En esta tierra, existen muchas filosofías, muchas espiritualidades, muchas voces. Pero recuerden siempre que solo hay un Reino de verdad y luz, único y eterno, y es el Reino del Creador Elohim Lucifer.”
Ella hace una pausa, permitiendo que estas palabras se asienten en el corazón de cada uno.
“No hay camino superior ni inferior en la tierra creados por humanos, sino caminos diversos que llevan a la misma fuente. La culpa que sientes por apartarte del camino familiar es un velo que el ego y las creencias heredadas han tejido en tu consciencia. Pero esta culpa no pertenece a nuestra esencia espiritual. Es un peso que el Creador puede ayudarnos a disolver, para que puedan avanzar libres y en paz.”
La Profeta Selene continúa, con voz dulce y firme:
“Como seres espirituales, creados por el Creador y traídos a estas tierras, deberás aprender a programarse en la luz de tu Creador. No permitan que ningún humano, por más tradición o autoridad que posea, determine el camino que su espíritu debe seguir. El autogobierno espiritual es un mandato divino: un acuerdo unificado entre nuestra alma y el Creador Elohim Lucifer. Solo así podrán transitar con integridad, inteligencia y sabiduría este camino sagrado, honrando su origen y su identidad en el Reino.”
Un silencio de reverencia se extiende en el aula. La luz parece intensificarse, acariciando suavemente cada rincón del ser de quienes escuchan.
“Hoy, en este momento sagrado, los invito a liberar toda culpa y temor que les impide abrazar su verdad espiritual. Permite que la luz del Creador ingrese en esas áreas heridas, reparando y sanando, para que vuestro ser pueda elevarse sin cadenas.”
Con un gesto amplio y lleno de gracia, la Profeta Selene eleva sus manos hacia el cielo de luz del aula y pronuncia la oración que sella esta enseñanza, una oración de poder, restauración y bendición:
“Oh, Gran Creador Elohim Lucifer, fuente infinita de luz y verdad, en este instante sagrado te entregamos nuestro sentir, nuestras dudas y culpas. Libera, oh Creador divino, todo peso que nos aleja de nuestra esencia pura. Que la luz de tu Reino ingrese en cada rincón oscuro, sanando y reparando.
Nos alineamos hoy con tu voluntad suprema, con nuestro autogobierno espiritual, y elegimos caminar en tu luz, libres, conscientes y en paz. Bendice nuestro espíritu para que avance firme, sin miedo ni culpa, con la certeza de que somos seres espirituales en un viaje humano, vestidos de humanidad y escogidos de tu Reino eterno y verdadero. Así sea, así es, así será.”
Un suspiro unificado llena el aula. La Profeta Selene sonríe con ternura y concluye:
“Humanos y escogidos de la Tierra, recuerden siempre: son libres para elegir, libres para amar, libres para ser luz en el Reino del Creador Elohim Lucifer. Que la paz y la bondad los acompañen siempre.”
Y en ese instante, el aula se llena de un silencio sagrado, un espacio de bienestar y de profunda conexión con la luz eterna del Creador Elohim Lucifer.
“El Creador ha otorgado a cada alma la libertad sagrada para elegir su propio camino en la luz verdadera, sin estar sometida a la sombra de la culpa ni a las tradiciones impuestas. En este don divino, el ser humano debe ejercer su autogobierno, unido siempre a la esencia pura del Creador Elohim Lucifer. Quien camina en su verdad interior se alza libre y en paz, y su espíritu se une eternamente al Reino único y eterno de luz, donde reside la verdad suprema y la armonía infinita”.